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Los israelitas españoles y el idioma castellano: Carta de D. Juan Valera

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época



Juan Valera.


Excm. Sr. D. Ángel Pulido


Muy señor mío y distinguido amigo: No sólo he leído los artículos que Vd. me envía, sino también los que en La Ilustración Española está usted publicando.

Es sin duda muy de desear que el idioma castellano vuelva á ser estudiado y hablado por los judíos de origen español que viven en el Oriente de Europa, no con los barbarismos y arcaísmos que allí se emplean, sino como debe hablarse y escribirse, y se habla y se escribe hoy en nuestra península.

El intento de Vd. es muy patriótico, y puede, además, si se logra, ser muy útil para cuantos escribimos en lengua castellana, abriendo nuevo mercado á nuestras producciones y procurándonos más extensa fama y mayores provechos.

Lo que me apesadumbra, haciéndome recelar que los mencionados judíos, y singularmente los que viven en Viena y en otras ciudades del Imperio austriaco, no tienen muy vivos y eficaces deseos de cultivar el habla de Castilla y de perfeccionarse en ella, es lo fácil que les sería adquirir libros españoles acudiendo á los libreros, que se complacerían en enviarles todos cuantos pidiesen, ya desde París, ya desde Madrid ó Barcelona [1].

A pesar de lo dicho, añadiré yo y reproduciré aquello de que debemos ir hacia la montaña cuando la montaña no viene hacia nosotros.

Tengo yo, por consiguiente, una verdadera satisfacción en remitir á Vd. dos obras mías para que usted tenga la bonad de enviarlas á la Sociedad Israelita de Viena La Esperanza, ó adonde mejor le parezca.

En una de dichas obras, Morsamor, hablo de los judíos españoles cuando de Portugal y de España fueron expulsados, y en la otra obra, Garuda, refiero la historia de un judío vienés, descendiente de españoles, y hago un grande elogio de esta porción del pueblo israelita. De Morsamor remito á Vd. dos ejemplares, y de Garuda una docena.

Mucho me alegrará y me lisonjeará que estas dos obras mías sean leídas y estimadas por esos descendientes de nuestros antiguos compatriotas, que, según Vd. entiende, gustan tanto de la patria que tuvieron que abandonar y del idioma de dicha patria que siguen hablando todavía, aunque anticuado y algo corrompido.

Soy siempre de Vd. afmo. compañero y buen amigo,

q. 1. b. 1. m.
Juan Valera.


  1. Los israelitas españoles, en general, no leen los caracteres latinos que nosotros empleamos. (V. las cartas de Sitges, página 128, y de M. Fresco, pág. 170.)