Los tristes recuerdos

De Wikisource, la biblioteca libre.
Los tristes recuerdos
de Juan Meléndez Valdés


 En este valle, do sin seso ahora   
 en muda soledad tu malhadado   
 nombre, ¡ay Fili!, repito, afortunado   
 decirte osé: «Mi corazón te adora».   
 

 Junto a este arroyo, que tu muerte llora,  
 te hallé cogiendo flores; y turbado   
 la guirnalda nupcial en tu dorado   
 cabello puse, y te juré señora.   
 

 Allí nos reveló sus deliciosos   
 misterios la alma Venus, la sagrada  
 tea encendiendo plácido Himeneo.   
 

 ¡Ay, dejadme recuerdos dolorosos!   
 Mi Fili al claro Olimpo fue robada,   
 y yo en mil ansias fenecer me veo.