Página:Almanaque del espiritismo. 1873.pdf/35

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modo claro y preciso. que el siervo, no por el hecho de serlo, esta sometido en absoluto á la voluntad de sn señor. Quédale siempre al ménos un punto de osa linea de radio que le sirve para ejercitar su libre albedrio; y si aun en medio del aprisionnmionto en que vive, en medio de esa carencia de facultades usa de Gi para un fin bueno, sus pruebas serán mejoren. El esclavo que tiene conciencia de sus retos, es siempre libre de someterse ono a la ejecucion do un mandato inicuo: si por dcsobedecerio, el dominador ie ensvtigo, le hiere, ó le mata, este responderá de sus crneidndos ante Dios; mas el espiritu de aquel habrá dado nn gran paso en el camino de su progreso.

La escuela materialista, basada en la observacion de los hechos naturales, niega el libre albedrío, afirmando que no existe ni en su absolutividad ni en su relatividad; y es indudable que sus razonamientos seducen á primera vista, porque partiendo de la baso de la influencia que en los actos todos de la vida ejerce el clima, ln idiosincracia la civilizacion, las leyes humanas, y hasta las necesidades materiales, siendo los actos distintos, segun sea mayor ó menor la hieren impulsiva de estos agentes, el hombre no es libre en ellos, porque el que se siente influido jamás obra per se. Error fundamental es el de esa escuela en tomar el efecto por la causa; pues con mucha más claridad y prontitud verían despejada la incógnita de este dificil problema, reconociendo con la filosofia espiritista que todos aquellos accidentes son resultados compuestos por su libre voluntad anterior: que es el teclado que el mismo se fabrica para hacer vibrar las notas mas ó ménos armoniosas que parten de su alma. ¿Pues que no será más levantado el espiritu del hombre que naciendo en humilde cuna, lucha con su educacion, con su oscuridad, con su ignorancia y ejercitando actos de paciencia, de sufrimiento y de virtud, se ilustre, brille por su saber y sus bondades, dejando al morir el recuerdo de un nombre esclarecido, que aquel que nace en la opulencia con medios de fortuna, y se entrega á la molicie, y se encenaga en los vicios, y vejeta en lo ignorancia, y muere olvidado sin haber derramado una gota del bálsamo del bien sobre cualquiera de sus semejantes!.... ¿Pues qué, no tiene infinitamente más merito el salvaje que dentro de sus leyes tiene la generosidad de perdonar al vencido, y otorga cariñosa hospitalidad a1 caminante, que el hombre civilizado que hace uso de la fuerza bruta aunque sea sin crueldades, ó que niega al hermano el pan y el abrigo que para su peregrinacion ha menester?... ¿No es, en fin, tan digno de especial aprecio el habitante de un clima meridional, que con su sangre ardiente, su carácter vivo é impresionable, tiene fuerza de voluntad sobrada para dominar por completo sus pasiones, como el oriundo del norte, despidiendo destellos de férvido entusiasmo, semejante a un volcan cuya cúspide estuviese cubierta por las nieves?.... ¡Ah! En que todo, en la filosofia espiritista, se encuentra íntimamente relacionado; y el estudio de esta relacion es lo que constituye el verdadero saber científico.

Un solo caso existe en que el espíritu encarnado carece por completo al parecer, de libre albedrío; y este caso es el sonambulismo, ya sen natural, ya fuese producido por influencia magnética, y de cuyo fenómeno nos ocuparemos algun dia con la extension necesaria.

El sonámbulo, y esto es indudable, no tiene voluntad propia, no tiene conciencia de sus actos; y no teniéndola, dicho se está que carece por completo de libre albedrio. ¿Pero es el espiritu encarnado realmente en la materia, es el ya, que desde los primeros momentos de su gestacion viene envuelto en ella, el que obra, el que la dirige, en los instantes en que se manifiesta este fenómeno aun poco conocido, esta faz de la vida esencialmente anormal?.... No. El sonambulismo que de un modo racional se esplica por la posesion, por la compenetrabilidad, digamoslo asi, de un espiritu ya sea libre ó encarnado, en relacion con la materia organizada, no es jamás persistente, no es otra cosa que un dominio pasajero; y lo mismo en el primer caso, que denominamos sonambulismo natural, que en el segundo que calificamos de sueño magnético, el espiritu propio do la materia que obedece, se encuentra como retraído, en actitud verdaderamente pasiva.

Para concluir, y como comparacion ingeniosa que al tratarse de este importante tema nos ofreció un muy elevado espíritu, vamos á consignar aqui este claro ejemplo.

Figuraos al hombre representado por una máquina de vapor en forma de locomotora, que