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por el recuerdo de sus derechos á la voz elocuente de sus caudillos, de sus sacerdotes y vates, entre quienes se distingue Coaquira. Con este motivo se ensaya en imitar los caracteres y elementos de la oratoria primitiva y salvage de los cantos de guerra de que toda tribu americana estaba dotada. Hé aquí esos pasages, y como se desempeña el autor: usamos del verso para acercarnos en lo posible á los efectos rítmicos del orijinal:
- .... Reina el silencio. Coaquira entonces
- Sobre una prominencia se levanta
- Para que le oigan todos y le vean,
- Y la punta del arco clava en tierra.
- Un albo vaso de enemigo cráneo
- De licor espumoso rebosando
- Lleva al labio, y apura: de improviso
- Sacro fuego devora sus entrañas:
- Inflámanse sus ojos circuidos
- De una aureola de sangre; como espinos
- Sobre su frente críspanse sus canas;
- Crujen sus dientes, hincha las mejillas.
- Dilátase su pecho, y se estremece
- Como á los calofríos de la fiebre.
- Plácida resplandece en quieto cielo
- La luna cuya lumbre baña el rostro