B. GABRERA
onda son iguales, de modo que en el espectro solar debe producirse un corrimiento hacia el rojo definido por 4 = 2,10 < 10-81. Suponiendo que se trata de la zona límite entre el espectro visible y el ultravioleta, donde A es del orden 4000 UA, 31 = =0,008 UA, de modo que el efecto previsto corresponde ya a los cambios de A para cuya apreciación es menester acudir a los métodos más precisos de la espectrometría.
Desgraciadamente, ha de agregarse aún que son múltiples las causas de error que pueden engendrar efectos de esta magnitud en un laboratorio tan agitado como el Sol, cuyas condiciones son manifiestamente diversas de las del arco eléctrico, foco luminoso que sirve de comparación. La presión del gas en que el átomo emisor se encuentra, llega a producir cambios del mismo orden de magnitud, también hacia el rojo, con sólo aumentar aquélla en una atmóstera; el movimiento del foco en la dirección del rayo luminoso, y alejándose del observador con velocidad de unos 600 metros por segundo, basta igualmente para producir corrimientos comparables en virtud del efecto de Dopler-Fizean. Y estas velocidades, que apenas son diez veces superiores a las que adquieren los vientos tempestuosos, deben ser frecuentemente rebasadas en la envoltura gaseosa del Sol, donde se producen los inmensos torbellinos que se perciben como manchas de su super ==] FUNDACIÓN = $ JUANELO
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