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ca profunda, en donde habia una ermita ó adoratorio, y en ella una piedra negra y trasparente, de materia mas preciosa que la piedra chay, en cuya diafaneidad les representaba el demonio la resolución que debían tomar: si era confirmando la sentencia, se ponia en ejecución, y si en contrario, ó no se veia cosa en la piedra, quedaba libre el reo; y este oráculo era también consultado en asuntos de guerra. Habiendo tenido noticia de esta piedra el Ilustrísimo Señor Don Francisco Marroquin, la mando cortar á escuadra y la consagró para ara, que servia en el altar mayor de la Iglesia de Tecpam Gualemala y es presea de singular hermosura: su tamaño es de media vara. La prolijidad y menudencia con que el cronista Fuentes nos describe esta ciudad, nos persuade que habla como testigo de vista; y mas cuando, como él mismo afirma, fué en persona al Quiché, solo por averiguar las antigüedades de la gran córte de Utatlan. Esta población la mudaron los conquistadores al sitio donde hoy permanece, legua y media apartada del lugar donde estaba plantada la antigua, por ser pocos los Españoles que había para presidiar esta plaza y ser muy difícil de conquistar, si los indios se volvían á sublevar. En esta ciudad de Patinamit afirma el P. Vázquez quedó otro Religioso Francisco, catequizando á los indios Kachiqueles; y después se fundó Convento, que se hizo Guardiania en el capítulo del año de 1572, y asi permaneció hasta el de 1754 que se le puso Cura clérigo.

Era también de mucha importancia en el Señorío Kachiquel la ciudad de Mixco y una de las plazas mas bien fortificadas que habia en estos países. Los fundadores de este lugar eran de la nación Pocoman; y como tenían por adversarios á los Quichées y Kachiqueles, se poblaron en el valle de Jilotepeque, de cuyos cantones eran auxiliados, y á mas de esto se situaron en una eminencia que la naturaleza hizo inespugnable, por haberla ceñido de peña tajada, con una senda capaz de solo un hombre, y que tenia en partes algunos pasos voladores: en la cima de este cerro habia una llanura, donde estaba la población. Esta fué trasplantada por Don Pedro de Alvarado al sitio dondo hoy se halla, nueve ó diez leguas del parage don-