Página:Cuentos cortos por Segundo Huarpe (1922).pdf/53

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
49
Cuentos cortos

a la loca trepada en el cerro opuesto a la senda, mirando el lejano horizonte. Estaba triste. Y todo parecía triste en el barranco: el torrente había amortiguado su rugir, el verdor parecía envejecido, las vetas rojas de las piedras habíanse tornado amarillentas...

Un grito enérgico y dolorido subió desde el barranco hasta el leñador otro día. Era la loca. Le llamaba. Cuando resbalando, resbalando, llegó el viejo a la orilla del torrente, sintió al ver aquella rara mujer una mística opresión...

—Os llamo, le dijo, para que matéis aquel pájaro, le véis?

—Ah!, sí, le veo...

—Si le matais, os haré poseedor de un secreto que os hará dichoso.

—Voy por la escopeta, dijo el viejo, y subió veloz la cuesta.

Poco después llegó jadeante, con el arma pronta.

—... Pero no le matéis, díjole la loca. Heridle sólo. Esperad... quiero taparme los oídos... quiero mirar al suelo... Ahora!... ahora!...

Sonó un tiro como una castañeta, y el pájaro comenzó a caer pesadamente por entre las ramas.

La loca, al oir el tiro, quitóse las manos de los oídos y miró hacia arriba... y se rió, en una mueca amarga, hermosa.

El animal cayó en la maleza. Tenía un ala herida. La loca y el leñador apresuráronse a tomarle; el pájaro retrocedió, abrió el pico y desplegó el ala sana, como diciendo: es una traición...

—Marchad.... dejadme a solas con él, dijo la loca al leñador, volved más tarde.

Y púsose a contemplar de cerca al pájaro. El fué