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DESCRIPCION

del pais Chulelaw; pero no pude descubrir de donde venia, ni á donde terminaba, ni si siendo pequeño, se sepultaba en aquellos desiertos, como sucede á otros grandes rios descriptos en el mapa.

En la Bahía de los Leones, bajaron á tierra los españoles, y no encontraron rio alguno. En la de Camarones, no había cosa notable, sino muchas y grandes peñas que parecían una ciudad anegada. Tenia tan poca agua esta bahia, que la fragata se quedó en la peña hasta que volvió la marea. En la de Gallegos tambien desembarcaron, pero los llamaron antes que pudiesen examinar si habia ó no rio alguno.

El territorio de los Tehuelches y otras naciones patagonas, confina con las partes occidentales de este pais inhabitado, y según la relacion de algunos cautivos españoles que rescaté (uno de los cuales habia vivido allí tres años), toda esta tierra consiste en valles cercados de hileras bajas de montañas, regados por fuentes y arroyos, que se estancan en pequeñas lagunas secas en verano. De manera que muchos de sus moradores se van en esta sazon á vivir al segundo Desaguadero, llevando consigo sus mugeres y familias, bagage, &a. y aun algunos pasan al Casuhatí, Vulcan, y el Tandil.

Estos valles abundan en pastos con pequeños bosques para el fuego. Hay muchos guanacos, de cuya piel hacen en algunas partes sus tiendas, y no menor número de antas, cuyas pieles venden los Tehuelches á los Puelches para armarse con ellas.

La anta es una especie de ciervo, pero sin astas; su cuerpo es como el de un asno, su cabeza larga, menguándose hasta que acaba en un pequeño hocico. Su cuerpo muy fuerte, sus hombros y ancas muy anchas, sus piernas largas y fuertes, y sus pezuñas hendidas como la del ciervo, pero algo mayores. La fuerza del anta es muy grande, pues es capaz de arrastrar un par de caballos: cuando está acosada abre su camino por entre los bosques mas espesos, rompiendo todo lo que se le opone. No me consta que se haya domesticado este animal, aunque no es feroz, ni daña, sino á las chacras ó plantaciones; pero no es dudable que seria muy útil, por razón de sus fuerzas, si se le pudiera hacer trabajar.

En este pais no hay caballos silvestres, y los domésticos son muy superiores de hermosura y fuerza á los de la América meridional: aguantan largas jornadas, sin mas provisión que lo que pacen en el camino, y exceden á todos en corage y ligereza. Hay también mucha caza menor, de que viven principalmente los indios. Encuéntrase igualmente gran cantidad de bezóar occidental, no solo en los estómagos de los guanacos y vi-