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DON DIEGO DE PEÑALOSA

á tan larga suspensión y tan costosa y perjudicial como la que D. Juan había padecido; mas llevó orden de que la permisión fuese y se entendiese sin perjuicio del dinero del Fisco, y así se proveyó en lo actuado.

3. »La sustancia que tiene la provincia que gobierna D. Juan, se verá por la información que de oficio mandé hacer por el Factor D. Francisco de Valverde en el año pasado, y ahora, que ambas van en este pliego. Otras envío asímismo, que se "hicieron allá y presentaron ante mí, y destas, unas son en descrédito y otras en abono de aquella tierra, y se hicieron á instancia de personas que tenían interés en culpar ó disculpar el hecho de la gente que se vino, en que entraron casi todos los frailes que allá estaban; por esta razón y por el encarecimiento conocido con que hablan los testigos en el bien ó en el mal de la provincia, son sospechosas de las de oficio, como lo mandará V. M. ver, si no es en algún testigo en quien después he descubierto ser también persona sospechosa y odiosa á la parte de D. Juan y al crédito de aquella tierra. Se colige que para labranza y crianza hay tierras y pastos á propósito, y no es aquello tan estéril como la gente que se vino lo pintaba; ni tan próspero como otros lo hacen y lo representó el Gobernador en las relaciones del año de 99, que agora mejor informado, con alguna moderación escribe de esto y con la misma hablan los suyos aquí, por donde se deja entender que debe ser cosa corta lo de allí, y que en común y por la mayor parte la tierra tiene más de delgada que no de fértil. Colígese también que hay razonable número de indios, y muy mansos y dóciles, y de muy aventajada inclinación en gran parte de lo que toca á costumbres, y se puede esperar mucho de la conversión, y de que convertidos se acomoden al Evangelio con mayor aprovechamiento que otros; por esto es muy piadosa la causa de hacer fuerzas en la población y conservación de aquella tierra, y á lo mesmo obliga ó á lo menos lo aconseja la prenda que está metida con las idas y venidas de españoles por aquellos pueblos, unas veces con orden y otras sin ella, ansí del tiempo antiguo, como de pocos años á esta parte; y sobre todo, que por no haber descontentado las relaciones de aquella tierra y provincia, que en mucha parte conforman con las de ahora, fuese acertado, ó porque Dios permitió que se errase para el bien de estas almas, acordó V. M. que se procediese á capitular sobre esta pacificación, y se puso por obra el asiento y la entrada, y há cinco años que existen allí muchos españoles, así religiosos como seglares, con alguna gente bautizada, aunque poca. Y parece que en un príncipe tan católico y tan poderoso como V. M., será muy puesto en razón que no permita ni dé lugar por ahora á que se desampare lo co-