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D. FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA CUEVA

Mereció por tan noble conducta que el Rey le encumbrase á la codiciada y honrosísima dignidad de Consejero de Estado; y acabada la función de las entregas fué de nuevo honrado por S. M. con el alto cargo de virrey de Sicilia.

Pasó, por consiguiente, á tomar posesión de su virreinato, y en él se condujo, durante los tres años que le desempeñó, con la discreción, habilidad y acierto de que dan buena cuenta la correspondencia oficial que con tal motivo mantuvo con los Consejos de Estado y de Italia, y los laudatorios despachos de S. M.

Al terminar el tercer año de su virreinato en Sicilia, ocurrió el fallecimiento del Rey D. Felipe IV. Dispuso entonces la Reina gobernadora Doña Mariana de Austria que viniese el duque de Alburquerque á desempeñar su plaza en el Consejo de Estado, ejecutándolo así con toda puntualidad, tan luego como llegó su sucesor.

A poco de su llegada á la corte, siendo uno de los más antiguos gentiles hombres de Cámara, y con ocasión de haber fallecido el marqués de Aytona, solicitó y obtuvo de la Reina Doña Mariana el puesto de mayordomo mayor del Rey, su hijo, que aquél había dejado vacante.

Cargado, en fin, de años y de servicios, falleció en Madrid el viernes 27 de Marzo de 1676.

Juzgúese ahora con entera imparcialidad y buen criterio si un hombre de su calidad, importancia y carácter merecía ser tan injusta y esdeñosamente tratado, como lo ha sido por el duque de Aumale. Si por causas del todo ajenas á su conducta militar fué vencido por los franceses en Rocroy, ganó en cambio sus más preciados laureles venciéndolos en Fuenterrabía, en Chatelct, en Cataluña y en el Mediterráneo.

1 ,ii Duiíucsn, su Muijor, uo liilk'.'ió linslí! el Di Sclieiiibre de l(i9G, liin'iiéu cu Madrid.

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