Página:Don Segundo Sombra (1927).pdf/122

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 120 —

Víboras", "El Flamenco", "El Tordillo" en que ocasionalmente trabajamos, ocupando los intervalos de nuestro oficio.

1 Una virtud de mi protector me fué revelada en las tranquilas pláticas de fogón. Don Segundo era un admirable contador de cuentos, y su fama de narrador daba nuevos prestigios a su ya admirada figura. Sus relatos introdujeron un cambio radical en mi vida. Seguía yo de día siendo un paisanito corajudo y levantisco, sin temores ante los riesgos del trabajo, pero la noche se poblaba ya para mí de figuras extrañas y una luz mala, una sombra o un grito, me traían a la imaginación escenas de embrujados por magias negras o magias blancas.

Mi fantasía empezó así a trabajar, animada por una fuerza nueva, y mi pensamiento mezcló una alegría a las vastas meditaciones, nacidas de la pampa.

A esa altura de mis mecedoras evocaciones, el bayo Comadreja dió una espantada que casi me quita el maneador de entre las manos.

Siguiendo su mirada ví en la orilla opuesta del río, asomar la socarrona cabecita de un zorro.

Me dió vergüenza, como si hubiera burla en la atención de aquel bicho astuto.