"ERRERIA ". Sobre el pucho, se lo contó al "Maistro y pararon delante del corralón.
—"Ave María!
gritaron. Y junto con un 'cuzquito ladrador, salió un anciano harapiento que los convidó a pasar.
— "Güenas tardes — dijo Nuestro Señor.
"¿Podrías herrar mi mula que ha perdido la he"rradura de una mano?
66 66 281—"Apiensén y pasen adelante "jo. — Voy a ver si puedo servirlos.
"Cuando, ya en la pieza, se acomodaron sobre unas sillas de patas quebradas y torcidas, Nuestro Señor le preguntó al herrero:
66 1 66 66 —"¿Y cuál es tu nombre?
—"Me llaman Miseria respondió el viejo, y 66 se jué a buscar lo necesario pa servir a los forasteros.
"Con mucha pasencia anduvo este servidor de 'Dios, olfateando en sus cajones y sus bolsas, sin hallar nada. Acobardao iba a golverse pa pedir 'disculpa a los que estaban esperando, cuando re'golviendo con la bota un montón de basuras y 'desperdicios, vido una argolla de plata, grandota.
"¿Qué haceh'aquí vos? le dijo, y recogién"dola se jué pa donde estaba la fragua, prendió el "juego, reditió la argolla, hizo a martillo una he— — 1 contestó el vie-