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Le diese su voluntad.
Y así van corriendo dias,
Y meses corriendo van;
Y Flor adora á su Juan,
Y Juan adora á su Flor;
Y aunque el mismísimo cielo
A su pasion se opusiera,
No hay miedo que se estinguiera
De ambos á dos el amor.
Seguia en su ventana ella
Pensativa, solitaria,
Contemplando la faz varia
De la campiña á sus pies;
Cuando siente por la espalda
Una mano cariñosa
Que la toca: ella amorosa
Vuélvese atrás y era ÉL.
¡Dulces momentos de sin par ventura
En que su amor el corazon apura!