Esta página ha sido corregida
No saber de uno mismo; ser el ave;
Llevar las alas sin buscar la clave.
No esperes que se aquiete el corazón;
Mátalo tú en un rapto de pasión.
Esta noche mi bien y no mañana.
Es tan dulce esta hora vesperiana!
Aquí, entre flores pálidas y mustias
Que se mueren también por mis angustias.
No tardes esta noche amado mío...
El cielo se ha nublado; tengo frío...
No tardes esta noche que estoy sola
Y tiemblo... tiemblo... soy una corola.
— 47