Página:El Imperio Jesuitico - Leopoldo Lugones.pdf/34

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
— 32 —

hombres de gobierno; si por algo peligra allá la libertad, es por carestía de militares. Acá, es todo lo contrario; sobran guerreros y faltan estadistas. Tal las consecuencias acarreadas por el predominio respectivo del colono y del conquistador. Ambos fueron lógicos en el momento de la conquista, porque éste era de transición; mas el uno fincaba su prestigio en el pasado, mientras el otro contaba con el porvenir.

Entre tanto, los privilegios feudales pasaban al pueblo, que había combatido con el rey contra los señores, bajo la forma de empleos en la administración, en la Iglesia y en el ejército. Pero esta alianza no quitó al privilegio nada de su carácter odioso, y hasta agravó su daño al difundirlo, determinando en el carácter nacional un individualismo agresivo, que hizo de cada español un pequeño tirano, mucho más cuando á esto se unía un enorme orgullo de raza, en el cual colaboraron el fatalismo de cepa oriental y el egoísmo del conquistador afortunado.

Junto con los poderes feudales, pasó al pueblo el ideal guerrero, con tanta mayor facilidad cuanto que aquel acababa de ser soldado con el rey. El