Página:El Tratado de la Pintura.djvu/349

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de Leon Bautista Alberti — 233

cierta para el tamaño y medida, para lo cual aprovecha mucho observar, cuando se copia un animal, sus huesos principales, y considerar mentalmente su grandeza, pues estos como nunca padecen alteración, siempre ocupan el mismo espacio. Después es necesario colocar en sus propios parages los nervios y músculos, y luego se visten de carne con su piel. Aqui me dirán algunos tal vez que ¿cómo he dicho yo en otra parte que al Pintor solo le incumbe lo que se ve, y no lo que está oculto? No hay duda que es asi; pero asi como para hacer una figura vestida se debe dibujar primero el desnudo, y luego se van poniendo las ropas arregladas á los miembros; asi también para pintar un desnudo es preciso colocar en su debido lugar primero los huesos y músculos, y luego irlos cubriendo de carne, de modo que siempre se conozca su verdadero sitio. La misma naturaleza nos ha puesto delante de los ojos todas las medidas del cuerpo humano; y asi el estudioso hallará mucha utilidad en la investigación de estas proporciones por sí propio en el natural, con lo cual el mismo trabajo le hará mantener firme en la memoria todo lo que haya aprendido en esta operación acerca de la proporción de los miembros. Sirva de advertencia que para medir cualquier animal se debe tomar uno de sus miembros por medida firme, y por él se medirán los demás. El Arquitecto Vitruvio mide al hombre por el pie; pero á mí me parece mas digno que todos sus miembros se sujeten á la dimensión de su cabeza, bien que, según yo he observado en casi todos los hombres la longitud del pie es igual á la que hay desde la barba hasta el vértice ó parte superior de la cabeza: por lo cual es necesario medir todos los demás miembros por uno de estos dos, de modo que en toda la figura no se halle miembro que no corresponda á los demás