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castigándose ellos mismos por sus propias manos, y daré, de camino, venganza a las dueñas, porque no hay en el mundo quien no las quiera mal, y nosotros las tenemos grandes obligaciones, porque nos ayudan a nuestros embustes; que son demonias hembrassobre la entonación de las coplas metió el Cojuelo tanta cizaña entre los ciegos que, arrempujándose primero, y cayendo dellos en el pilón de la fuente, y esotros en el suelo, volviéndose a juntar, se mataron a palos, dando barato (1), de camino, a los oyentes, que les respondieron con algunos puñetes y coces. Y como llegaron a Ecija con las varas de los alguaciles de Córdoba, pensando que traían alguna gran comisión de la Corte, llegó la justicia de la ciudad a hacelles fiestas y a lisonjeallos con ofrecerles sus posadas, y ellos, valiéndose de la ocasión, admitieron las ofertas, con que fueron regalados como cuerpos de rey; y preguntándoles qué era el negocio que traían para Ecija, el Cojuelo les respondió que era contra los médicos y boticarios, y visita general de beatas; y que a los médicos se les venía a vedar que después de matar un enfermo, no les valiese la mula por sagrado; y que, cuando no se saliese con esto, por lo menos, a los boticarios que errasen las purgas, que no pudiesen ser castigados si se (2) retrujesen en los cimenterios de las mulas de los médicos, que son las ancas; y que a (1) Repartiendo algunos.

(2) Aunque se.