Son sombras al servicio de sus huestes contiguas. Aunque no vivan para sí tienen que vivir para ellas, mostrándose de lejos para atestiguar que existen, y evitando hasta la ráfaga de aire que podría doblarlos como a hoja de un catálogo abandonado a la intemperie.
Aunque desfallezcan no pueden abandonar la carga; en vano el remordimiento repetirá a sus oídos las clásicas palabras de Prepercio: "Es vergonzoso cargarse la cabeza con un fardo que no puede llevarse: pronto se doblan las rodillas, esquivas al peso" (III , IX , 5). Los arquetipos sienten su esclavitud: pero deben nuorir en ella, custodiados por los cómplices que alimentaron su vanidad.
Las casas de gobierno pueden ser su féretro; las facciones lo saben y se disputan sus vices, que aguaitan en acecho.
Sus nombres quedan enumerados en las cronologías; desaparecen de la historia. Sus descendientes y beneficiarios esfuérzanse en vano por alargar su sombra y vívir de ella.
Basta que un hombre libre los denuncie para que la posteridad los amortaje; sobra una sola palabra,—si es virtuosa, estoica, incorruptible, decidida a sacrificarse sin mirar atrás con tal de ser leal a su dignidad—sobra una sola palabra para borrar las adulaciones de los palaciegos, en vano acendradas en la hora fúnebre. Algunos hartos comensales, no pudiendo referirse a lo que fueron, atrévense a elogiar lo que pudieron ser..., creen que muere una esperanza, como si ésta fuera posible en organismos minados por las carcomas de la juventud y los almibaramientos de la vejez.
Es natural que muera con cada uno su piara: túrnanse muchas en cada era de penumbra. La mediocracia las tira como viejos naipes cuyas cartas ya están marcadas por los tahures, entrando a tallar con otros nuevos, ni mejores ni peores. Los dignos, ajenos a las partidas cuyas trampas ignoran, se apartan de todas las camarillas medran que la sombra de la patria; cultivan sus ideales y encienden una chispa de ellos como pueden, esperando otro clima moral o preparándolo. Y no manchan sus labios nombrando a los arquetipos: sería, acaso, inmortalizarlosa 1