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EL HOMBRE MEDIOCRE

«Cacciarli i ciel per non esser men belli,
Né le profondo Inferno li riceve...»

Dante. Inferno. Canto III.


I. «¿ÁUREA MEDIOCRITAS?»—II. DEFINICIÓN DEL HOMBRE MEDIOCRE.—III. FUNCIÓN SOCIAL DE LA MEDIOCRIDAD.—IV. LA VULGARIDAD.

I.—«¿Áurea mediocritas?»

Hay cierta hora en que el pastor ingenuo se asombra ante la naturaleza que le envuelve. La penumbra se espesa, el color de las cosas se uniforma en el gris homogéneo de las siluetas, la primera humedad crepuscular levanta de todas las hierbas un vaho de perfume, aquiétase el rebaño para prepararse al sueño, la remota campana tañe su aviso plañidero. Al caer sobre las cosas la liviana claridad lunar se emblanquece; algunas estrellas inquietan con su titilación el firmamento y un lejano rumor de arroyo brincante en las bre-