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Don Quijote.

si sufriere que des librea á tus criados, dásela honesta y provecho- sa, mas que vistosa y bizarra, y repártela entre tus criados y los po- bres: quiero decir, que si has de vestir seis pages, viste tres y otros tres pobres, y así tendrás pages para el cielo y para el suelo: te nuevo modo de dar librea no le alcanzan los vanagloriosos. y es- No comas ajos ni cebollas, porque no saquen por el olor tu villa- nería: anda despacio, habla con reposo; pero no de manera, que pa- rezca que te escuchas á tí mesmo, que toda afectacion es mala. Come poco y cena mas poco: que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago. Sé templado en el beber, considerando que el vino demasiado, ni guarda secreto ni cumplę palabra. Ten cuenta, Sancho, de no mascar á dos carrillos, ni de erutar delante de nadie.-Eso de erutar no entiendo, dijo Sancho; y Don Quijote le dijo:-Erutar, Sancho, quiere decir, regoldar: y este es uno de los mas torpes vocablos que tiene la lengua castellana, aun- que es muy significativo, y así la gente curiosa se ha acogido al la- tin, y al regoldar dice erutar, y á los regüeldos erutaciones: y cuan- do algunos no entiendan estos términos importa poco, que el uso los irá introduciendo con el tiempo, que con facilidad se entienden, y esto es enriquecer la lengua sobre quien tiene poder el vulgo y el uso.--En verdad, señor, dijo Sancho, que uno de los consejos y avisos que pienso llevar en la memoria, ha de ser el de no regol- dar, porque lo suelo hacer muy á menudo.-Erutar, Sancho, que no regoldar, dijo Don Quijote.-Erutar diré de aquí adelante, res- pondió Sancho, y á fe que no se me olvide. -Tambien, Sancho, no has de mezclar en tus pláticas la muche- dumbre de refranes que sueles: que puesto que los refranes son sen- tencias breves, muchas veces los traes tan por los cabellos, que mas parecen disparates que sentencias.-Eso Dios lo puede remediar, respondió Sancho, porque sé mas refranes que un libro, y vienen- seme tantos juntos á la boca cuando hablo, que riñen por salir unos con otros; pero la lengua va arrojando los primeros que encuentra, aunque no vengan á pelo; mas yo tendré cuenta de aquí adelante de decir los que convengan á la gravedad de mi cargo: que en ca- sa llena presto se guisa la cena, y quien destaja no baraja, y á buen salvo está el que repica, y el dar y el tener, seso ha menester.- Eso sí, Sancho, dijo Don Quijote, encaja, ensarta, enhila refranes, que nadie te va á la mano: castígame mi madre y yo trompógelas.

Estoyte diciendo que escuses refranes, y en un instante has echa-