Página:El ingenioso hidalgo Don Quijote del Mancha Tomo II.djvu/378

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Don Quijote.

O tú, que estás en tu lecho,
Entre sábanas de holanda,
Durmiendo á pierna tendida
De la noche á la mañana,
Caballero el mas valiente
Que ha producido la Mancha,
Mas honesto y mas bendito
Que el oro fino de Arabia:
Oye á una triste doncella,
Bien crecida y mal lograda,
Que en la luz de tus dos soles
Se siente abrasar el alma.
Tú buscas tus aventuras,
Y agenas desdichas hallas;
Das las feridas, y niegas
El remedio de sanarlas:
Dime, valeroso jóven,
Que Dios prospere tus ansias,
Si te criaste en la Libia,
O en las montañias de Jaca?
Si Bierpes te dieron leche?
¿Si á dicha fueron tus amas
La aspereza de las selvas
Y el horror de las montañas?
Muy bien puede Dulcinea,
Doncella, rolliza y sana,
Preciarse de que ha rendido
A una tigre y fiera brava.
Por esto será famosa
Desde Henares á Jarama,
Desde el Tajo á Manzanares,
Desde Pisuerga hasta Arlanza.
Trocárame yo por ella,
Y diera encima una saya
De las mas gayadas mias,
Que de oro la adornan franjas.