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Capítulo L.

pacion de su Gobierno, á Teresa Panza su muger con la carta de su marido y con otra suya, y con una gran sarta de corales ricos presentados. Dice pues la historia que el page era muy discreto y agudo, y con deseo de servir á sus señores, partió de muy buena gana al Lugar de Sancho, y antes de entar en él vió en un arroyo estar lavando cantidad de mugeres, & quien preguntó, si le sabrian decir si en aquel lugar vivia una muger llamada Teresa Panza, muger de un cierto Sancho Panza, escudero de un Caballero lla- mado Don Quijote de la Mancha: á cuya pregunta se levantó en pié una mozuela que estaba lavando, y dijo:-Esa Teresa Panza es mi madre, y ese tal Sancho mi señor padre, y el tal caballero nuestro amo.-Pues venid, doncella, dijo el page, y mostradme á vuestra madre, porque le traigo una carta y un presente del tal vues- tro padre.-Eso haré yo de muy buena gana, señor mio, respondió la moza, que mostraba ser de edad de catorce años, poco mas á me- nos, y dejando la ropa que lavaba á otra compañera, sin tocarse, ni calzarse, que estaba en piernas y desgreñada, saltó delante de la ca- balgadura del page, y dijo:-Venga vuesa merced, que á la entra- da del pueblo está nuestra casa, y mi madre en ella con harta pe- na por no haber sabido muchos dias ha de mi señor padre.-Pues yo se las llevo tan buenas, dijo el page, que tiene que dar bien gra- cias á Dios por ellas. Finalmente saltando, corriendo y brincan- do llegó al pueblo la muchacha, y antes de entrar en su casa, dijo á voces desde la puerta:-Salga, madre Teresa, salga, salga, que viene aquí un señor que trae cartas y otras cosas de mi buen pa- dre, á cuyas voces salió Teresa Panza su madre, hilando un copo de estopa, con una saya parda. Parecia segun era de corta, que se la habian cortado por vergonzoso lugar: con un corpezuelo asimes- mo pardo y una camisa de pechos. No era muy vieja, aunque mos- traba pasar de los cuarenta; pero fuerte, tiesa, nervuda y avellana- da, la cual viendo á su hija, y al page á caballo, le dijo:-¿Qué es esto, niña, qué señor es este?-Es un servidor de mi señora Doña Teresa Panza, respondió el page, y diciendo y haciendo se arrojó del caballo, y se fué con mucha humildad á poner de hinojos ante la señora Teresa, diciendo:-Déme vuesa merced sus manos, mi señora Doña Teresa, bien así como muger legítima y particular del señor Don Sancho Panza, Gobernador propio de la Ínsula Barata- ria.-¡Ay señor mio! quítese de ahí, no haga eso, respondió Tere- sa, que yo no soy nada palaciega, sino una pobre labradora, hija de

un estripa terrones, y muger de un escudero andante, y no de Go-