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El terreno cretíce», -así llamado por el predominio que en él llega á adquirir la roca caliza de este nom bre, representa otra de las grandes épocas de la histo ria terrestre caracterizada en su composición por una serie numerosa de capas de caliza blanca y mancha diza ó creta, de mármoles comunes, lumaquclas, bre chas, dendríticos, etc. ; de piedras biográficas , alter nando con margas, arcillas, arenas y areniscas blancas micáceas y verdes como materias esenciales, y en cali dad de sustancias accidentales figuran en primera línea el lignito, que puede ser de excelente calidad ; tam bién suele encontrarse el hierro hematites y arcilloso, y otras de menor importancia. Limitado este terreno por el sistema de los Pirineos por arriba, y por el de Ja cóte d'or por abajo, é interrumpida la sedimentación de sus materiales, en Europa al menos, por el de mon te Viso , no sólo está bien caracterizado bajo el punto de vista estratigráfico , sino que la interposición del último levantamiento autoriza á establecer la división que generalmente se admite en dos grupos superior é inferior. La vida durante este período geológico , ofrece un sollo especial ; se presentan aun entre sus materiales alguno ae los grandes reptiles, el mosasauro y el iguanodon , que recuerdan los que caracterizan el terreno jurásico ; aparecen por primera vez en la escena del mundo los peces cicloideos y tenóideos, las aves palmí pedas, etc. Pero lo que verdaderamente caracteriza el terreno cretáceo, es el desarrollo asombroso de formas las mas estraiias del grupo de moluscos cefalópodos lla mado amonitídeo, como si la naturaleza hubiese que rido ostentar toda la riqueza de que es capaz, precisa mente cuando iban á extinguirse sus representantes, que concluyen antes de aparecer la época terciaria para no reaparecer jamás, siguiendo la ley general obser vada hasta aquí respecto de la creación y destrucción de las especies, hecho notable que ya expresó en su tiempo Ariosto cuando dijo: Natura il fece, e poi ruppe la stampa. La naturaleza lo hizo y después rompió el molde. El reino vegetal ofrece ya un notable progreso res pecto de los terrenos anteriores, supuesto que ya do minan en él las plantas dicotiledóneas, que son las de organización mas superior. En los criaderos de lignito suelen dominar las coniferas, las crednerias, salíntas, etc. El terreno en cuestión está muy desarrollado en varios puntos de la península, particularmente en las provincias de Teruel y Cuenca , en Castellón , donde alcanzan sus estratos 1800™ de altitud en el famoso pico de Peñagolosa , corrupción de Peña colosal , en Villahermosa , en la de Valencia, Alicante, Murcia, Albacete, Guadalajara y otras muchas. El terreno terciario asi denominado por representar el tercer gran período de evolución mineral y orgánica en la historia terrestre, se compone de bancos alter nantes de caliza, arcilla, marga, arenas y areniscas, conglomerados, y materiales volcánicos trasformados en acues ó de sedimento por h descomposición y acar reo, y entre las sustancias accidentales , la sal común como en Cardona , el yeso según se observa en los al rededores de Madrid, y el lignito como el de Alcoy, Dosaguas, etc. El levantamiento de los Pirineos separa por abajo este terreno del cretáceo y el de los Alpes principales por arriba lo limita y distingue del período cuaterna rio. Por otra parte la aparición de los sistemas de Cór cega y de los Alpes occidentales, separaron é interrum pieron sus estratos en tres grupos á súber : inferior ó nummulítico, medio ó déla molasa y superior ó subapenino, división que coincide con la diferente propor ción en que se presentan los animales particularmente los moluscos, análogos á los actuales, lo cual ha servido de base para denominar aquellos tresgrupos, ceoceno al inferior, que significa aurora de lo reciente, mioceno al medio y plioceno al superior. La vida asi vegetal como animal de este tercer pe ríodo, se distingue por la aparición de casi todas las formas de la actual. Se presentan ya todos los órdenes de los mamíferos inclusos los monos ; la mayor parte de las aves , reptiles, etc. , pero lo que más le caracte riza es el número extraordinario de moluscos gasteró podos y acéfalos en géneros y especies numerosas y muchas de estas de las actualmente vivas. Este terreno es tan abundante en la península par ticularmente el mioceno, que constituye por sí casi todas las grandes cuencas hidrográficas como las del Duero y Tajo , la del Ebro, parte de la del Guadalqui vir, etc., comunicando el sello especial que dá la oroera fía del centro de España representada por la meseta de las dos Castillas. En la próxima conferencia se describirá el terreno cuaternario.

EL MUSEO UNIVERSAL. del Dos de Mayo, en donde se hallan reunidos todos los testigos mudos é históricos de aquel dia de luto y de gloria para nuestra patria. La plaza que lleva nom bre Un caro á lo? españoles, fue inaugurada con toda solemnidad la víspera de ese inolvidable dia , y como suceso que marca una nueva época en la série no in terrumpida de nuestro tributo de admiración hácia las nobles víctimas que en dia tan aciago sucumbieron, lo hemos creído digno de figurar en las ilustraciones de nuestro semanario. Los dos grabados que damos en este número, re presentan el uno la puerta de entrada al antiguo par que de artillería, donde los bravos Daoiz y Velarde hi cieron su heróica defensa, cuyo arco se ha dejado en el centro de la plaza, que hoy se llama Dos de Mayo, para conmemoración de este hecho glorioso. El otro representa la inauguración de las estatuas de estos dos héroes, colocadas, sin que sepamos la razón, á gran distancia, en la calle de Carranza, dando frente á la de Ruiz, sitios todos consagrados con tanto ardimiento y esfuerzos tan sobre humanos por amor á la santa li bertad é independencia.

EL DIQUE DE DIERRO Á SECO, DE LA MARJNA N O RTE-A LEH A N A , EN STARKENHORST, CERCA DE SWISEMÜNDE. Desde que la marina prusiana, actualmente nortealemana, empezó á surcar lejanos mares con misiones político-comerciales, surgió la necesidad de construir un dique donde se carenasen los buques, á fin de evi tar los cuantiosos gastos que estas operaciones cuestan en el extranjero. Designado Rugen, como puerto principal en el Bál tico , se escogió el puerto de Starkenhorst inmediato al primero en la orilla derecha del Swine , por haber en el la profundidad de agua necesaria para semejante empresa. La construcción corrió á cargo del estable cimiento de maquinaria de Berlín, bajo la dirección de Borsig. En 1867 se dió principio á los trabajos prepa ratorios, entre los cuales fue uno la formación de un espacioso estanque revestido de cimientos , en el cual había de ser construido y conservado el dique, durante el invierno. Las piezas se trasportaban desde la fábrica, una vez concluidas y se armaban por centenares de operarios, valiéndose de clavijas de hierro, que se clavaron por término medio cuarenta mil clavijas cada dia. Un dique de esta clase ofrece sobre los astilleros comunes, la ventaja de que se pueden reparar los bu ques que entran con toda su carga y armamento en tantos días cuantas semanas se emplean en- los diques comunes: por consiguiente pronto se recupera el costo de su fabricación. Seria de desear que España poseyese uno que facilitase el carenage hasta la quilla de los muchos vapores que hoy posee tanto , de la marina de guerra como de la mercante.

—Venimos, le dijo la Justicia con el tono severo que acostumbraba, venimos á que nos presentes lo que más ames en la tierra. Aquel hombre endurecido era esposo y padre , pero ni un instante pasó por su imaginación la idea de pre sentarles á sus desgraciados hijos, ni mucho menos á su envejecida y triste esposa. Haciendo señas á las dos deidades de que lo siguiesen , condújolas por un labe rinto de habitaciones sucias y frías, y después de abrir varias puertas, cerradas con llaves de estrañas formas, llegaron á una sala cuadrada donde faltaba luz y aire,, pues ambas cosas las recibía de una ventana muy alta y que como las de las cárceles estaba guarnecida de doble y fuerte reja. El dueño de aquella especie de cueva, tocó á un resorte sólo de él conocido, y al pun to dejóse ver un armario que contenia muchos talegosllenos de oro. Fuélos al punto desocupando uno á uno sobre un gran bufete de nogal con pies de hierro , y cuando concluyó habíase formado tal montón de oror. que bastara á librar de la pobreza á centenares de fa milias desvalidas. —Hé aquí lo que más amo en el mundo , dijo el avaro sin poder ocultar su entusiasmo. La Justicia y la equidad estaban absortas. —Veamos, dijo ésta, si tu oro es de buena ley, y entónces tendrá alguna disculpa ese amor que le pro fesas. Manda traer una palangana de las mayores que tengas. El hombre, aturdido y sin saber lo que le pasaba, salió, volviendo á poco con una bastante grande. La Equidad tomó una de aquellas monedas, las cua les eran como las mayores que boy conocemos, y co locándola en su diestra , púsola sobre la fuente , cer rando el puño y oprimiéndola como si tratase de esprimirla. El oro fuese á poco al parecer ablandando, pues se le vió salir líquido por entre los dedos, cayen do con el mismo sonido que si fuese agua. Abrió la Equidad la mano mostrando la moneda que había que dado tan pequeña que apenas se distinguía. Dejóla en una esquina de la mesa, y tomando otra, hizo lo mis mo, dando idénticos resultados. Así fue haciéndolocon todas, y á poco la montaña de oro trocóse en un montoncito tan pequeño que cabía muy bien en un mediano bolsillo. En cambio la palangana estaba tan llena que parecía tener colmo, y que sólo le faltaba una gota para derramarse. —Este es tu tesoro,—dijo la Equidad, mostrando al avaro las monedas microscópicas. —¿Eso nada más?—exclamó él.—Pues qué, ¿aquel oro derretido, no es mío también? —Si lo quieres, dijo la justicia, recógelo, tuyo será. Sin aguardar á que se lo dijeran dos veces, dirigió se el desesperado prestamista á recoger la palangana, mas en aquel punto habíala tocado la Justicia con su vara, y el oro líquido trocóse de repente en sangre. ■— ¡Sangre! —dijo el mísero retrocediendo horro rizado. —Sí, dijo la Equidad; la sangre de los infelices que se han visto obligados á recurrir á tí: mira lo que cons tituía la mayor parte de tu caudal. Un gran acontecimiento tenia el dia siguiente al pueblo asombrado: el usurero habia muerto repentina mente. Como sucede en esas ocasiones, la casa vióse inva dida de esbirros, los cuales, después del exámen de al gunos facultativos, declararon que la muerte no habia sido violenta, y sí efecto de una apoplegía fulminante. Multitud de curiosos había también acudido á con♦emplar aquella escena. —¡Desgraciado! decia una mujer; algún aviso del cielo le hizo sin duda conocer lo malo que habia sido para los necesitados, y el dolor le ha hecho morir ar repentido de sus faltas. El cadáver parecía justificar lo que la buena mujer decia , revelando la tristeza y compunción , pues se notaba en su semblante que un vivo y profundo senti miento habia preocupado á aquel infeliz en el último instante de su vida. Tenia además la mano derecha colocada sobre el corazón , comprimiéndoselo con tal fuerza, que fue imposible levantarla. Ahí tendrá alguna reliquia, añadía la compasiva cu riosa, ó tal vez alguna santa imágen de Dios, al que invocaría al espirar. Todos imaginaban lo mismo ; mas después de colo cado en el féretro, queriendo el sepulturero cruzarle las manos . como es costumbre , levantóle aunque con gran trabajo la que tenia sobre el pecho, y vieron quecon ella oprimía infinitas monedas de oro muy peque ñas, las que cayeron produciendo un sonoro ruido so bre las tablas del ataúd. Hé aquí , dijo un ladino alguacil , la reliquia queguardaba sobre su corazón. ¡Oro! ese es el dios de los avaros, y á él tan solo adoran y se encomiendan has ta en la hora de la muerte. Enriqueta Madoz de Aliara.

EL DIOS DE LOS AVAROS. CUENTO. En cierta ocasión llegaron á una ciudad populosa la Justicia y la Equidad , proponiéndose girar una visita de inspección á todas las casas, y ver el grado de mo ralidad en que se hallaba el pueblo, con el objeto de corregir cuantos vicios pudieran; visita que, sea dicho de paso, no vendría muy mal en nuestros dias , en los que no dejarían de hallar las mencionadas deidades tuertos que enderezar y graves faltas que reprimir. El medio de que se valían las dos severas matronas para conseguir su idea, era exigir á los dueños de las casas, cuando llegaban á ellas, que les presentasen lo 3ue más amaran, juzgando por este sentimiento de los emás. Los padres por lo regular, presentábanles satisfe chos á sus hijos : al punto la Equidad examinaba la educación que les habían dado: si era buena, la Justi cia les daba cumplidos plácemes, inspirándoles valor para seguir adelante: si el estremado cariño, la debili dad ú otras causas habían hecho que no fuese muy digna, en vez de parabienes recibían severas repren siones y sabios consejos. Cuando un escritor les pre sentaba sus obras, objetos los mas caros de su cora zón, examinábalas la Justicia, aplaudiendo las que es taban conformes con la moral , y desaprobando las que no lo estaban, en tanto que la Equidad hacia ver pa tentemente el grado de su mérito, casi siempre infe rior al que su autor le suponía, para corregir por este medio el orgullo que por desgracia suele albergarse en el corazón de los escritores. Lo mismo, poco mas ó menos, acontecía con los artistas. INAUGURACIONES Fueron así pasando revista por todas las casas, to CELEBRADAS EN MADRID EL DIA i ° DE MATO. cándole su turno á la de un acaudalado usurero, que Dos volúmenes de la obra de Bossuet , Variationsí llevaba ciento por uno á los infelices que se veian obli El ayuntamiento popular de Madrid ha podido ofre gados á recurrir á él, y que era por consiguiente odia con anotaciones autógrafas al margen , han sido com cer este año un nuevo teatro para la conmemoración do y temido en todo el pueblo. prados en París, en la suma de 24,000 reales, por el