Página:El sombrero de tres picos (1874).pdf/75

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
70

L " XII.

Diezmos y primicias.

Repuesto el corregidor en su silla, la molinera dirigió una rápida mirada á su esposo: vióle, no sólo tan sosegado como siempre, sino reventando de ganas de reir por resultas de aquella ocurrencia: cambió con él desde lejos un beso tirado, aprovechando un descuido del corregidor, y dijole, en fin, á éste, con una voz de sirena que le hubiera envidiado Cleopatra: uvas!

¡Ahora va su señoría á probar mis Entonces fué de ver á la hermosa navar-