¿Qué justicia?—La del lugar. ¡Abra V. al señor alcalde!
El tio Lúcas se habia asomado entre tanto muy disimulada que tonia por una mirilla el porton, y reconocido á la luz de la luna al rústico alguacil del lugar inmediato..
¡Dirás que le abra al borrachon del alguacil!—repuso el molinero, retirando la tranca.: —Es lo mismo—contestó el de afuera,puesto que traigo una órden escrita de su merced... Tenga V. muy buenas noches, tio Lúcas agregó luego entrando, y con voz ménos oficial.
—Dios te guarde, Toñuelo—respondió el murciano. Veamos qué órden es esa... ¡y bien podia el señor Juan Lopez escoger otra hora más oportuna de dirigirse á los hombres de bien!—Por supuesto, que la culpa será tuya. ¡Como si lo viera, te has estado emborrachando en las huertas del camino!¿Quieres un trago?
—No, señor: no hay tiempo para nada.