Página:Eneida - Tomo II (1905).pdf/272

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
214
[689
VIRGILIO.


CXLVII.

Mezencio á esta sazon, por sugestiones
De Jove, suple del que huyó la falta,
Y con valor sereno las legiones
Teucras invade, á quien el triunfo exalta;
Embisten los tirrenos escuadrones
Al odiado adalid que al campo salta;
Contra él, todos contra él vuelven sus miras
Con densas armas y comunes iras.

CXLVIII. .

Mas él, como alto escollo, inmoble, osado,
Que reina sobre el mar, y combatido
Por las ondas y vientos, sin cuidado
Oye de hondas y vientos el bramido,
Así resiste á un lado y á otro lado.
A Hebro Dolicaonio, sin sentido
Echa á tierra, y á Látago derriba,
Y á Palmo en su carrera fugitiva.

CXLIX.

No á estos dos de una suerte; que de roca
Con un pedazo enorme se adelanta
A Látago, y le aplasta rostro y boca;
Mas á Palmo una corva le quebranta,
Y déjale arrastrar, miéntras coloca
La ganada armadura, que levanta,
En los hombros á Lauso, y en la frente
El creston del rendido combatiente.