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VIRGILIO.


CXXIX.

Lo mismo en el vaiven de la marea
El ponto, ora se avanza á la campaña,
Altos escollos espumoso albea,
Apartadas arenas crespo baña;
Ora retrocediendo raudo ondea,
Y riscos que rodó su hirviente saña
Torna á sorber bajando, y se repliega,
Y las húmedas playas desanega.

CXXX.

Mas así que principian el tercero
Encuentro, cada cual toma adversario,
Y entra en calcada pugna el campo entero:
Entónces fué el gemir, confuso y vario,
Los que mueren; y arnes y caballero
Nadar entre el estrago sanguinario
Confundidos; y á par de los varones
Semiánimes sucumben los bridones.

CXXXI.

Arrecia el batallar duro y ardiente.
Orsíloco del miedo se aconseja
De combatir con Rémulo de frente,
Y tirando al troton, bajo la oreja
Híncale un dardo. Empínase impaciente
Con el acerbo hierro que le aqueja,
Y de uno y otro brazo el aire azota
Furioso el animal, y al dueño bota.