Página:Estudios literarios por Lord Macaulay - Biblioteca Clásica XI (1879).pdf/425

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
381
La Grecia.

pero más particularmente la de Grecia, será siempre para todas las naciones una escuela política.» Pero no se ha ocurrido al autor de tan discreto razonamiento que una historia de Grecia, bien narrada, deberia dar cuenta exacta del origen y de los progresos de la poesía, de la filosofia y de las artes, particulares que no se tratan en la suya de la manera debida. Tal vez consista esto en que Mr. Milford, autor de tanlos volúmenes en 4.°. parece menospreciar en cierto modo los trabajos literarios y filosóficos y no parar mientes sino es en el talento para la vida activa. En efecto, á las personas letradas las llama, en general, «perezosa9;» demuestra grande admiracion por Homero; pero casi estamos persuadidos de que lo admira por baber adquirido la certidumbre de que no sabía leer ni escribir; y al ocuparse de Sócrates, de quien tampoco pudo prescindir, más lo hace para culpar de su muerte á la política, deduciendo conclusiones hostiles á los atenienses y al gobierno popular, que para poner de relieve el carácter y las doctrinas de aquel hombre extraordinario, de quien dijo un poeta que «sus labios destilaban, en frases más dulces que la miel, una sabiduría maravillosa, que inspiró á todas las escuelas, así á la antigua como á la nueva Academia, á los que discurrian paseando, como á la secta de Epicuro, como á los severos estóicos.» Mr. Mitford no parece siquiera darse cuenta de que Demóstenes fuera grande y famoso tributo, viendo sólo en él un demagogo ambicioso, á lo sumo un negociador hábil, y siempre un malvado: que la elocuencia irresistible de aquel ateniense, merced á la cual aparece superior á todos los hombres, cuyo lenguaje nos exalta y nos trasporta al cabo de más de dos mil años, son para él como sí