Amir y Arasi 185
JAPÍTULO XIII
— ¿Sabes, mamá. que ha llegado 4 Artigas el ejéreito del general A...,? preguntó Amir á su madre.
— ¡Es posible! ¿y qué ha venido á hacer ahí?
-— ¡Ah! eso son gajos de la guerra.
— ¡Mi Dios! ¿enando acabará?
— Es fácil que no dure mucho.
— Dios te oiga.
— Artigas está hecho... una delicia, según ex- presión de los que por allí pululan.
— Ambigiiedad... frase compleja.
— Mamá, explícate ¿que quieres decir?
— Delicia para unos, pesadilla para otros. Como si se dijera: para unos, paraíso; para otros, infierno.
—Eso es un exelusivismo de las guerras civiles.
— ¡Qué pena! — Fuera tan bello de otro 1nodo, nuestro país! ¡ Pícaros orientales!
— Qué diantre. .. Después de todo, las guerras son ina necesidad — dijo Amir.
— Una necesidad del exterminio, eso si y doña Jova continuó : .
Jamás me detengo á pensar por qua cansa se pro- ducen las guerras civiles; en estos casos, sufro con todas las madres pero día á día siento mayor repug- nancia hacia ellas, y ¡Dios mío! si siguen ustedes siendo tan afectos á guerrear, oh! nosotras, pobres madres, aconsejaremos á las jóvenes esposas... ¡Sí! no me avergiienza decir lo que siente mi alma: — «quizás nos veremos en el caso de darles, llorando,