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Domingo F. Sarmiento

nueva manifestación de interés ó de solicitud de parte de Reinafé, que se retira al fin humillado, y Facundo parte para su destino á las doce de la noche.

DOMINGO F. SARMIENTO La ciudad de Córdoba, entretanto, estaba agitada por los más extraños rumores; los amigos del joven que ha venido por casualidad en compañía de Quiroga, y que se queda en Córdoba, su patria, van en tropel y visitarlo.

Se admiran de verlo vivo, y le hablan del peligro inminente de que se ha salvado. Quiroga debía ser asesinado en tal punto; los asesinos son N. y N.; las nistolas han sido compradas en tal almacén; han sido vistos N. y N., para encargarse de la ejecución y se han negado. Quiroga los ha sorprendido con la asombrosa rapidez de su marcha, pues, no bien llega el chasque que anuncia su próximo arribo, cuando se presenta él mismo, y hace abortar todos los preparativos. Jamás se ha premiditado un atentado con más descaro; toda Córdoba está instruída de los minimos detalles del crimen que el gobierno intenta; y la muerte de Quiroga es el asunto de todas las conversaciones.

Quiroga, en tanto, llega á su destino, arregla las diferencias entre los gobernadores y hostiles, y regresa por Córdoba á despecho de las reiteradas instancias de los gobernadores de Santiago y Tucumán, que le ofrecen una gruesa escolta para su custodia, aconsejándole tomar el camino de Cuyo para regresar. ¿Qué genio vengativo cierra su corazón y sus oídos, y le hace obstinarse en volver á desafiar á sus enemigos, sin escolta, sin medios adecuados de defensa? ¿Por qué no toma el camino de Cuyo, desentierra sus inmensos depósitos de armas á su paso por La Rioja, y arma las ocho provincias que están bajo su influencia?

Quiroga lo sabe todo, aviso tras de aviso la recibido en Santiago del Estero; sabe el peligro de que su diligencia lo ha salvado, sabe el nuevo y más inminente que le aguarda, porque no han desistido sus enemigos del concebido designio. A Córdoba! grita á los postillones al ponerse en marcha, como si Córdoba fuese el término de su viaje (1).

(1) En la causa criminal seguida contra los cómplices en la muerte de Quiroga, el reo Cabanillas en un momento de efusión.