PRÓLOGO
ODOS los capítulos de este libro, nacieron como conferencias dadas por mí, en el in- vierno de 1909-1910, en la «Asociación para la cultura y el estudio de la mujer», en Fribur- $0. En lo esencial he conservado la forma que tuvieron. Sólo he añadido indicaciones com- plementarias en aquellos puntos en donde los progresos de la bibliografía reciente lo han per- mitido. En realidad, no faltan problemas en la historia de la mujer, debido acaso, en primer tér- mino, a la propia esencia femenina. Rósler ha encontrado en los escritos de una de las santas de más relieve del siglo xv1, Santa Teresa, una frase muy característica, en la que se dice que a las mujeres no es fácil conocerlas. Si la apli- cásemos a los hombres, con mayor razón po- dría decirse que al hombre no le cuadra hacer la
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