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GESTA
para la noche. Hoy comemos todos juntos; saludo al anfitrión. Hizo una reverencia á Lúcio y, apesar del apuro que decía apremiarle, se encaminó hácia la calle, como siempre, á paso lento.
IV
Trin.... Trin.... Era el timbre eléctrico que sonaba.
Cárlos, con mano que indudablemente se empeñaba en permanecer serena, llamaba á la puerta de la señora de X... protagonista de esta historia. Allí cerca estaban sus compañeros, según se había convenido.
—Señor!
—Anúncieme Vd. á la señora, dijo Cárlos á la sirviente que apareció.
—Puede Vd. pasar adelante, contestó ésta, como si obedeciera á una órden.
Y Cárlos fué introducido á una coqueta habitación, en medio de un ambiente de buen gusto, casi artístico, que le produjo cierto bienestar, hasta el ex-