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El canto de las sombras



EL RETO ASTRAL El lago, que era el ramo de un búcaro de plata, prestábase al poema de aquella serenata.

Hundía en las espumas su remo el gondolero,

A

y fingían las ondas los lirios de un florero;

Como en aquellas noches divinas de Venecia surgían en la sombra las Piérides de Grecia:

y había en el ambiente tantísima frescura, que hasta las flores muertas, volvieron a su albura.

Temblaban en las frondas suspiros de mujeres, y tú, que eres romántico, me hablabas de quereres.

Mientras el blaneo cisne, bogando suavemente, pasaba como un resto de nube en la corriente.

Recuerdas?. Como el ojo vigía del profundo. lorosa nos miraba la luna vuelta al mundo.

Y aunque el amor flotaba sobre el bajel risueño. y era la noche ansiada para vivir el sueño:

yo desprendí mis manos entre las tuyas, presa, al encontrar el gesto de la mirada ésa.

La brisa jugadora pasó por el ramaje, un hálito de frío estremeció el paisaje:

y adivinando acaso, lo que callaba empero. pediste que apurara la marcha al gondolero..

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