Página:Historia de Cristóbal Colon y de sus viajes - Tomo I (1858).djvu/143

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
—63—

y latina, ademas de las dos hermanas Sigeo: Ánjela, latina elegante y conocedora de la música, y Luisa que se limitó á los idiomas, sobresaliendo de tal modo, que puso al papa Pablo III. una carta en cinco lenguas. El latin, el griego, el hebreo, el árabe, y el sirio, eran para ella como el suyo propio.

Sobre todo amaba Isabel la pureza, la severidad de principios, el decoro y la devocion. Convencida de que el ejemplo debe venir de arriba, no admitia nunca á su servicio sino á mujeres de reputación mas limpia que su sangre. Trabajaba con ellas durante muchas horas en las labores propias de su sexo, y á la par iba formando el corazon de las jóvenes de alto nacimiento, que tenia consigo, para irlas insensiblemente educando á su manera, y dando estado segun su voluntad.

Tan bien distribuia el tiempo que, despues de presidir el consejo, de dar audiencias, de revisar causas, de conferenciar con los embajadores, de despachar con sus mayordomos y secretarios, de cumplir con los deberes de la relijion y de atender á la enseñanza de sus hijos, le quedaba espacio para coser la ropa blanca de su marido, por lo que decia, con cierta complacencia, remontándose á la antigüedad, y á los libros santos, que su elejido no se habia puesto camisa que ella no hubiera hilado y cosido con sus propias manos. [1]

La cualidad instintiva y dominante en Isabel era un santo pudor. Su alma permanecía vírjen; á pesar del matrimonio. Por delicadeza no cedia á ninguna otra el cuidado de su veleidoso compañero, y recatada en estremo, no permitia que sus damas entrasen en su tocador mientras se estaba vistiendo, ni aun cuando se bañaba los pies. Las mayores exijencias de las enfermedades no la pudieron arrancar una concesión á la decencia, y fué tan grande su fuerza de voluntad, que si

  1. Flores. Reynas católicas, t. II. p. 832.