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de las Indias.

se bebe su agua dulce en la mar, dentro del cual se contiene isla de 50 leguas en luengo, y se ha descendido y navegado por él abajo 1.800 leguas, como, cuando, si pluguiere á Dios, hablaremos del Perú, parecerá. Otros muchos rios poderosísimos como el rio de la Plata, y el rio Dulce, y el rio de Yuyapari, que salen, el uno cerca de Paria y el otro á la boca del Drago, y el rio Grande, que dicen, cerca de Santa Marta, y el del Darien, y otros grandísimos por los cuales se ha navegado con navíos y bergantines no chicos, y se navega hoy muchas veces, como diremos despues por toda aquella costa ó playa de mar hay. Y ansí, dividiendo suficientemente las partes que entónces habia del mundo descubiertas y las que hoy vemos que hay, saliendo aquellos mercaderes de Cartago por el mar Océano, parece ser imposible haber sido la isla que dice Aristóteles otra, sino la que es hoy nuestra tierra firme, mayormente confirmándolo la copia de las arboledas, la fertilidad y felicidad de la tierra, la templanza y clemencia de los aires y suavidad; parecióles isla siendo tierra firme, porque la tierra firme que por firme entónces era estimada, era por una parte África y por otra la Europa, y sobre ambas la Asia, y, topando á deshora con aquella tierra á la parte del Austro, todos los que la vieran por isla la pudieran estimar. De hallarla sin gente, pudo ser, ó porque aún entónces no fuese por aquella parte poblada, y quizá de alguna gente que de los descubridores della con sus mujeres (porque ansí solian por la mar los navegantes andar) en ella hubiese quedado, comenzó á poblarse; como este descubrimiento haya sido antiquísimo, por ventura ochocientos años ántes y más del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, segun lo que podemos colegir de las antiguas historias, (lo que no es de maravillar, porque aún en tiempo de César Augusto, so cuyo imperio Nuestro Salvador nació, cuando mandó hacer la descripcion de todas las gentes, que se hizo en treinta y tres años, segun dice Alberto Magno en el lib. II, distincion tercera, capítulo 1.º, De natura locorum, no estaba mucha tierra poblada, la cual, creciendo la gente despues, segun él, se pobló);