Página:Historia de las Indias (Tomo I).djvu/315

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
297
de las Indias.

armas, ni las cognoscen, porque les amostré espadas y las tomaban por el filo y se cortaban con ignorancia. No tienen algun hierro, sus azagayas son unas varas sin hierro, y algunas dellas tienen al cabo un diente de pece, y otras de otras cosas. Ellos todos á una mano son de buena estatura de grandeza, y buenos gestos, bien hechos. Ellos deben ser buenos servidores y de buen ingenio, que veo que muy presto dicen todo lo que les decia, y creo que ligeramente se harian cristianos, que pareció que ninguna secta tenian etc.» Todas estas son palabras del Almirante. Cerca de lo que dice, que no vido viejos, debia de ser que no querian parecer, aunque despues dice que vido algunos. Es de saber, que todas aquellas islas de los lacayos eran y son sanísimas, que habia en ellas hombres y mujeres vejísimos, que cuasi no podian morir por la gran suavidad, amenidad y sanidad de la tierra, é yo vide algunos dellos; y es tan sana aquella tierra, que algunos españoles, siendo hidrópigos en esta isla, que no podian sanar, se iban á alguna de aquellas islas, y desde á poco tiempo, como yo los vide, volvian sanos. Cerca de lo que dice el Almirante, que eran de hermosos gestos y cuerpos, es cierto así, que todos los vecinos y naturales dellas, por la mayor parte, y de mil no se sacará uno de hombres y mujeres que no fuesen muy hermosos de gestos y de cuerpos. Ansí lo torna el Almirante á certificar en otro capítulo, diciendo: «Todos de buena estatura gente muy hermosa, los cabellos no crespos, salvo correntios y gruesos, y todos de la frente y cabeza muy ancha, y los ojos muy hermosos y no pequeños, y ninguno negro salvo de la color de los canarios, ni se debe esperar otra cosa, pues estan leste gueste con la isla del Hierro, en Canaria, so una línea; las piernas muy derechas, todas á una mano, y no barriga, salvo muy bien hecha, etc.» Estas son sus palabras. Pareció[1] tambien aquesta gente, por su simplicidad y mansedumbre, á la de una isla que cuenta Diódoro en el lib. III,


  1. Desde aquí hasta el final del capítulo está escrito al márgen, de letra al parecer de Las Casas.