CAPÍTULO XLII.
Viniendo á la isla de Sancta María, vido el Almirante otra isla muy grande, obra de 8 leguas ó 9 hácia el gueste, en la cual le dijeron los indios, que traia de Sant Salvador, que habia mucho oro, y que traian en ella las manillas y axorcas que le habian dicho de la de Sancta María, y creyó que allí hallaria la mina donde se criaba y cogia el oro; por lo cual, partió para ella, mártes, cerca del medio dia, y llegó á ella otro dia por la mañana, miércoles 17 de Octubre; porque tuvo calma no pudo llegar con dia. En este camino, entre la isla de Sancta María y ésta, á quien puso nombre la isla Fernandina, toparon un sólo indio en una canoa chiquita, que llevaba del pan de aquellas tierras, que es cazabí, como el desta isla Española de que despues se hará mencion, y una calabaza de agua y otras cosas de las suyas, y, en una cestilla, traia unas contezuelas verdes, y dos blancas, moneda de Castilla, de lo cual cognoscieron que aquel venia de Sant Salvador y habia pasado por la de Sancta María y iba á la Fernandina á dar nuevas de los cristianos; el cual, como habia andado mucho remando sólo en su canoita, y debia de venir fatigado, vínose á la nao del Almirante, y luégo mandó que lo