CAPÍTULO XLIII.
Porque los indios que habia tomado en la primera isla de Guanahaní, ó Sant Salvador, le decian y afirmaban por señas que la isla de Samoeto, que atrás quedaba, era más grande que la Fernandina, y que debian de volver á ella (y ellos debiánlo de hacer por acercarse más á su tierra, de donde los habia sacado), acordó el Almirante dar la vuelta hácia el leste; y ansí, alzó las velas, y vuelve al Levante, y parece que Dios le guiaba porque topase con la isla de Cuba, y de allí viniese á descubrir esta isla Española, que es la más felice, ó de las más felices y grandes, graciosas, ricas, abundosas, deleitables del mundo. Ansí, que el viernes, 19 de Octubre, vieron una isla á la parte del leste, sobre la cual fueron, y pareció un cabo della redondo y hondo, al cual puso el Almirante nombre cabo Hermoso, y allí surgió. Esta isla llamaron Samoet, ó Samoeto, de la cual, dice el Almirante, que era la más hermosa que nunca vió, y que si las otras de hasta allí eran hermosas, esta más, y que no se le hartaban ni cansaban los ojos de mirar tierras y florestas y verduras tan hermosas. Esta isla era más alta de cerros y collados que las otras, y parecia de muchas aguas; creia que habia en estas islas muchas hierbas