CAPÍTULO LIV.
Viernes, 14 de Diciembre, salió de aquel puerto de la Concepcion con viento terral, calmóle luego y vino viento Levante, que le era contrario, pero navegó con él al Nornordeste y llegó con él á la isla de la Tortuga, de la cual vido una punta, que estaria dél 12 millas, la cual nombró la punta de la Pierna. De allí descubrió otra, que llamó la punta Lanzada, en la misma derrota del Nornordeste, de la cual distaba 16 millas; la isla de la Tortuga vido que era tierra muy alta, pero no montañosa, y es muy hermosa y muy poblada de gente, como la de la isla Española, y la tierra así toda labrada, que le parecia ver la campiña de Córdoba. Visto que le hacia el viento contrario y que no podia ir á la isla Babeque, tornóse al puerto de la Concepcion, aquel viernes. Sábado, 15 de Diciembre, tornó á dar la vela del dicho puerto, pero el viento le hizo volver otra vez al puerto mismo de la Concepcion, aunque no lo pudo tomar, pero surgió cerca dél en una playa, y, amarrados sus navíos bien, fué con las barcas á ver otro rio que parecia, y subió por él para ir á las poblaciones que los cristianos de antier habian visto, y, por la corriente grande dél, subió poco; vido algunas casas, y el valle grande donde estaban las poblaciones, de que quedó admirado, diciendo que no habia visto en su vida cosa más hermosa, por lo cual le