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Historia

cuanto pudo de lo que habia hallado y descubierto, rogando mucho á quien lo hallase, que lo llevase á los reyes de Castilla; este pergamino envolvió en un paño encerado, atado muy bien, y mandó traer un gran barril de madera, y lo puso en él sin que alguna persona supiese lo que era, sino que pensaron todos que era alguna devocion, y así lo mandó echar en el mar; despues, con los aguaceros y turbionadas, se mudó el viento al gueste, y andaria á popa, sólo con el trinquete, cinco horas con la mar muy brava; andaria este jueves en la noche, 13 leguas. Cosa es de notar la diferencia del viaje, que á la venida destas Indias hizo ser tan suave, que pensaron todos que nunca podia haber tormenta en aquesta mar, y algunos temian que no habian de tener vientos para tornar en Castilla; no lo dijo ni experimentó así el Almirante cuando en su cuarto viaje descubrió á Veragua, como, si Dios me diese vida, se dirá, porque de las más terribles tormentas que se cree haber en todas las mares del mundo, son las que por estas mares destas islas y tierra firme suele hacer, como parecerá, y experimentan cada dia los que las navegan. Maravillosas, finalmente, son las cosas de Dios y la órden y providencia que tiene en sus obras; cierto, si las tormentas que suele hacer por acá, aquel primer viaje hobieran y experimentáran aquellos tan impacientes marineros que consigo traia, ménos sufrieran la dilacion de aquel tan nuevo y luengo viaje, como se les hizo, y, á la primera que les asomara, no hobiera duda, sino que luego volvieran las espaldas, y entónces tuviera mayor peligro el Almirante en su vida, si porfiara á detenerlos; pero proveyólo Dios, como suele, las cosas que hacer determina, y trájolos hasta descubrir y ver estas tierras, como si vinieran por un rio.