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Historia

todos los 30 que allí tenia dentro en la casa, y tomóle todas las cosas que tenia de comer, por fuerza. Fué á la fortaleza de la Concepcion, y quisiera entrar en ella; el Alcaide, que era Miguel Ballester, le cerró las puertas y no le quiso admitir, viéndole venir con tanta gente y tan armada. En estos dias llegó Bartolomé Colon á la fortaleza de la Magdalena, y allí supo la alteracion de Francisco Roldan, y á un Diego de Escobar que allí estaba, y creo que era Alcaide entónces della, el cual se habia desmesurado en palabras contra él (sospecho que porque sintió excusar al Francisco Roldan, ó algo semejante á esto, porque este Diego de Escobar fué de los principales alzados con Francisco Roldan), mandóle prender, y despues dióle la fortaleza por cárcel, aquel dia, y mandóle que otro dia se fuese tras él á la Isabela; el cual no curó de su mandado, sino envió un hombre de caballo, y debia ser á llamar á un Pedro de Valdivieso, el cual topó en el camino, y ambos se fueron al pueblo del Cacique Marque á juntar con el Francisco Roldan, y desde á pocos dias, vino un hidalgo que se llamaba Adrian de Muxica, con cierta gente, á la Magdalena, y toma al Diego de Escobar y vánse á juntar, en el dicho pueblo, con el dicho Francisco Roldan. De donde parece, que habia concierto entre todos ellos, dias habia ya tratado, de alzarse. Este Pedro de Valdivieso y el Adriano y Diego de Escobar eran de los principales hombres desta isla, los cuales yo cognoscí bien cognoscidos, y despues diré cosas dellos. Ido D. Bartolomé á la Isabela, como halló robada el Alhóndiga del Rey, é á su hermano desobedecido y maltratado, y supo los que seguian á Roldan, y que cada dia sentia que crecian en número, no osaba salir de la Isabela, temiendo que todos debian ser en la rebelion. Escribió á D. Bartolomé el Alcaide Ballester, de la Concepcion, que se guardase, porque, cierto, creia que lo habian de trabajar de matar, y que, si pudiese, lo más presto se viniese á su fortaleza de la Concepcion. Hízolo así, é á mucha priesa vínose y metióse en la fortaleza, que dista de la Isabela, como dije arriba, 15, ó pocas más leguas. Desque lo supo Roldan, vínose al Guaricano, que así se