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Historia

en manos del Cherubin. Parece que, si cerca de allí no hobiera pueblos algunos, no era necesario sino supérfluo poner guarda para que no osara entrar ninguno; parece tambien esto, porque segun el texto hebreo, «Genesis,» II, plantó Dios el Paraíso en Edem, que significa la tierra ó lugar donde lo plantó, la cual estaba poblada y habitada de gentes, como parece «Genesis,» cap. 4.º Egresus Cain habitavit profugus ad Orientalem plagam Edem; salió Caín huyendo y fué á morar á la provincia Edem, que está al Oriente: y en «Ezequiel,» cap. 27, donde se cuentan muchos pueblos y naciones que traian mercadurías á Jerusalen, entre ellos se nombran los pueblos de Edem y Charan, de donde se averigua ser provincia ó region poblada por entónces. Dícese así en Ecequiel: Charam et Edem negotiatores tui, etc., Edem cuasi provincia y region, donde está el Paraíso. Así dice Sant Juan Damasceno: Hic locus divinus est Paradisus Dei manibus in Edem, id est, delitiis et voluptatibus, etc. Y Sant Agustin, en el libro VIII, cap. 3.º, sobre Genesim ad literam: Plantavit ergo Dominus Paradisum in delitiis, hoc est enim in Edem, ad Orientem. Donde se da á entender que toda aquella provincia ó region era delectable y felice, donde moraban los hombres, pero, sobre todas las partes della, era felicísimo y delectabilísimo el Paraíso que plantó el Señor donde puso el hombre, el cual comunmente se nombra por los que escriben, Monte altísimo, como ha parecido arriba. Toman tambien otro argumento para decir que cerca del Paraíso estuvo, y por ventura está hoy, gente poblada, porque segun dicen que refiere Sant Basilio en su Exameron, y Sant Ambrosio en el suyo, que como el Paraíso esté constituido en monte altísimo, puesto que arriba sea él todo llano, cae el agua de la fuente que sale dél en un lago grande, de donde proceden despues los cuatro rios caudales, y es tanto y tan grande el estruendo y sonido que hace al caer, que todos los moradores de los pueblos vecinos del dicho lago ó laguna en que cae, nacen todos sordos por el exceso grande, que corrompe el sentido del oir. Pero esto no lo dicen Sant Basilio ni Sant Ambrosio en sus Examerones, ni en los libros que ambos hicieron del