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de las Indias.

presteza de la partida del galeon á él placia, porque más aína viniesen navíos para los llevar á todos, pues él, sin ellos, no habia de salir de aquella isla, y aquel galeon ó carabelon para todos no bastaba; y, finalmente, con la vista del carabelon, y con las nuevas que en él vinieron, que Diego Mendez habia llegado en salvo, quedaron todos algo alegres y consolados, y con esperanza de su remedio. El Almirante, que deseaba la reversion y reduccion de los que andaban alzados, por él estar dellos seguro, y porque no alborotasen y damnificasen las gentes de aquella isla, determinó de hacelles saber lo que pasaba para que cesasen sus sospechas, rogándoles encarecidamente tornasen á su obediencia y amor, perdonándoles todo lo que contra él habian en su rebelion cometido, y ofreciéndoles todo el buen tratamiento que se les pudiese hacer de su parte; para este mensaje, nombró dos personas de bien, que que con él estaban, y que con los más dellos tenian crédito y amistad; y porque creyesen haber venido el carabelon, les envió parte del tocino, el cual no habian visto hartos dias, ni pensaron verlo tan presto. Llegados estos dos mensajeros, salió luégo al camino el Porras, su Capitan, con algunos pocos de los que más se fiaba, porque no se moviese ni provocase la demas gente al pesar y arrepentimiento de lo que habian hecho; pero no lo pudo tanto encubrir, que no entendiesen todos las nuevas de la venida del carabelon, y de la llegada de Diego Mendez, y de la salud de los que con el Almirante estaban, y de la renovacion de la esperanza de salir de aquella isla, con la venida que se esperaba de los navíos, que Diego de Escobar profirió que vernian por parte del Comendador Mayor. Oida, pues, su embajada, y despues de muchas consultas de los principales de quien más se fiaba, en fin, se resolvieron en que no querian fiarse del Almirante, ni del perdon y promesas que les enviaba, pero que habian por bien de andarse pacíficamente por la isla, si les prometiese de darles navío en que se fuesen si dos viniesen, ó si fuese uno sólo que les diese el medio; y que entre tanto, porque ellos habian perdido sus ropas y rescates por la mar, partiese con ellos lo que