Página:Historia de las Indias (Tomo IV).djvu/21

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
7
de las Indias.

otra echaba las piernas de tal manera que parecia tirar grandes coces. Aposentáronse todos los españoles en cierto pueblo de indios, y como habian oido sus nuevas de la quema del cacique Hatuey é las muertes y corrimiento de los vecinos y gente de la provincia de Maycí, é que no esperaban que ménos harian en ellos, y las importunidades que cada hora les hacian, y los ojos á las mujeres y á las hijas, y por ventura las manos, que en alguna dellas ponian, porque ésta es costumbre en los nuestros usada y en estas tierras antigua, acordaron todos los indios de la provincia de ahorrar dellos, si pudiesen, lo cual tuvieron por cierto como no fuesen más, creo que, de 25. Y aunque Narvaez no era, como dije, muy cuidoso, en el bohío ó casa de paja en que estaba aposentado tenia tambien su yegua metida, y habia ordenado que hobiese velas de noche y espías. Juntáronse de toda la provincia cerca de 7.000 indios con sus arcos y flechas, desnudos en cueros, porque, como en esta isla, desnudos vivian, segun lo acostumbraban comunmente los de las tierras calientes en estas Indias. Vinieron sobre Narvaez y los suyos, una noche despues de la media pasada, lo cual pocas veces los indios destas islas hacian; hiciéronse sobre dos partes, ordenando que la una entrase en el pueblo por un lado, y la otra por otro, y del buen recaudo de los españoles hallaron durmiendo las velas ó espías, y fué cosa graciosa que, por codicia de robar el hato de los españoles, que no era otro sino vestidos (porque siempre los indios desque vieron á los españoles vestidos, siempre codiciaron vestirse), no aguardaron el tiempo y sazon que concertado habian, y así la una parte ó escuadron dióse más priesa por robar que la otra, y entra en el pueblo dando grita sin ser sentidos. Despertó Narvaez atónito, que á sueño suelto dormia, y los demas que no tenian para dormir ménos brío; entraban los indios en los bohíos ó casas de paja, y topaban con los españoles, ni los mataban ni los herian, sino curando de apañar ropa, era todo el fin que cada uno pretendia. Los españoles topaban con los indios, y como estaban en profundo sueño dormidos, y fué súpita la gran grita, que suele ser