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de las Indias.

hay algunas pero cuasi sin fruto, porque las morillas que hacen valen poco. Parras montesas de las que se cree que Noé plantó la viña, que en latin se llaman labruscas, y que dán de sí uvas tintas menudas pero verdaderas uvas, en diversas partes desta Isla, en los montes apegadas á otros árboles, hay muchas; son acedas porque nunca bien maduran, madurarian segun yo creo, si las cultivasen y les diera el sol y el aire, lo que no tienen por estar en los montes pegadas á los árboles y siempre á la sombra; la hoja no la tienen escotada por dos partes como la de Castilla, sino una sola, es sin aquello algo más luenga que redonda, pero arpada á la redonda. Cañas y cañaverales hay infinitas en esta Isla, en todos los rios y arroyos y riberas dellos hasta entrar en el agua, y siempre es muy fértil y viciosa la tierra, más que otra, donde las hay; difieren de las de Castilla en esto, que son cuasi macizas porque están llenas de hilos de la misma natura, puesto que por de fuera tienen sus ñudos y señalados los cañutos. Jamás se quiebran por medio, aunque con un trozo dellas dén muchos y grandes golpes en cualquier cosa, si no rájanse por muchas rajas ó hendeduras de alto á bajo; las hojas y hermosura dellas propias son como las de Castilla, sino que todavía muestran ser más silvestres y no tan delicadas. Carrizos hay tambien muchos en las ciénagas y lagunas ó lagos; estos son huecos los cañutos como los de España, y con estos mondados, porque son muy lindos, los indios hacian lazos y adornaban sus casas. Hay otras infinitas especies de árboles silvestres, á muchos de los cuales tenian puestos nombres los indios y de otros creo que no curaban nombrallos, muy diferentes en hoja y en madera de los de España.