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de las Indias.

CAPÍTULO CCXLII.


Pasadas estas provincias de Guatemala y de la Vera Paz y el reino de Yucatan, que está en sus espaldas, síguense las que llamamos de Gracias á Dios y Comayagua, y el valle de Ulancho, y Zula, y Naco, yendo hácia el Oriente por la tierra dentro, entre las dos mares, y hácia la mar del Sur la felicísima provincia de Nicaragua, y á la del Norte la de Honduras y Veragua; y puesto que cuando hablábamos arriba del reino de Mechocan, digimos que habíamos entendido en la provincia de Honduras y Nicaragua se elogian ciertos jueces para que gobernasen tantos meses, debia ser algun pueblo, ó por ventura nos fué aquesto no muy averiguado. Finalmente, como ya hemos en algunas partes dicho, todas las Indias parece haber tenido el regimiento real, muy pocas partes sacadas, y así creo ser averiguado en todas las provincias y reinos agora nombradas, y las de Tierra Firme desde Paria, Cumaná, Venezuela, y Santa Marta, y Darien, y el Cenú, y la tierra dentro las provincias de Popayan, y, sin haber duda alguna, el Nuevo Reino de Granada, que llamaban en aquella lengua Bogotá, la última sílaba aguda. Todas estas provincias y reinos tenian sus reyes y señores, á quien obedecian los pueblos que por señores los reconocian, de cuya manera de gobernacion, como fueron acabados presto, al ménos los de ambas á dos costas ó riberas de la mar, yendo de Guatemala por el Oriente hasta Panamá y Nombre de Dios, y tambien por no haber habido en aquellas provincias religiosos que para predicalles aprendiesen sus lenguas, los cuales solos son los que saben y penetran sus secretos,