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    terior, y esterior de ellos a fin de purificar y embalsamar el ayre.

    Se arreglará el método de curar a los enfermos por razón General al propuesto por don Frasc° Gil en el apendise que puso al fin de la disertacion indicada arriba, cometiendo al socorro de los accidentes particulares que ocurrieren a la prudencia y pericia del facultativo, que estuviere encargado de tan críticas circunstancias.

    Se pondrán dos Hospitales provinciales uno a barlobento de la ciudad; y otro a sotavento, el primero de preparacion, y el segundo de Inoculacion. Aquel deverá estar a barlobento para que los individuos que se dispongan a la operacion no se contajien en esta estacion por las exalaciones de la ciudad; y este a sotavento para que los inoculados no añadan miasmas al Pueblo. Al parecer del Protomedicato no hay lugar mas aparente para este último que la Isla de la Quiriquina. Esta operacion y la curacion de los infelices que fueron victimas de esta atroz enfermedad, se deberá confiar al cuidado de un médico de profesion, porque una y otra mal manejadas sacrificaran muchas vidas, y al Protomedicato le parece que corren mas riesjo las de los hombres puestas en las manos de un mal médico, que las de un ejército confiadas a un mal General.

    Si estos Hospitales no bastaran para inocular todos los individuos que se presentaren o algunos no quisieren abrazar este partido puede recurrirse al de que salgan los que tuvieren proporcion a las campañas, excemptas del contajio, pero esta fuga deverá efectuarse con precaucion, no sea que por libertar unos pocos sugetos se inficcione un partido. Para evitar este escollo se determinara un lugar a distancia de una legua o legua y media de la ciudad, en donde los que salieren de ella con el destino referido deberán lavar sus ropas, esponerlas al viento libre, y sahumarlas con el vapor del vinagre hervido, y Romero, o Alusema quemadas u otra cualquiera materia aromática, residiendo en este paraje por dies o dose dias, y de allí sin haber comunicado con persona de la ciudad dirijirse al lugar libre.

    Los que no quisieren o no pudieren usar estos adbitrios deveran arreglar su réximen de vida preparándose para resistir la enfermedad por medio de la dulsificacion de la sangre, y demas humores. Esto se consigue usando alimentos suculentos y dulses, como las carnes de Abes, de Camarones, de Tortugas, las leches, los huevos, las Yerbas como las lechugas, Escarolas, Espárragos, Yerros, Perejil, y otros de este genero. En tiempo que las aguas corrientes esten mui frias se daran frecuentes y largos baños de medio cuerpo en agua dulce templada, y en llegando la estacion ardiente se daran baños de todo el cuerpo o en tina o mejor en agua corriente, para lo que son excelentes las del Bio-Bio.

    Deverán abstenerse de las bebidas espirituosas, como el Vino y licores de esta clase: de alimentos que bolatisen, y pongan en demaciado movimiento o mui torpe la sangre, como especerías, Mariscos, Pescados, carnes saladas, y en general de toda cosa crasa, y de dificil digestion, a este propósito, le parece al Protomedicato adbertir desde ahora que si aun dura la Epidemia quando llegue la Cuaresma del año que se sigue seria conbeniente que el Ilmo. Sor Obispo de aquella Diósesis dispense las comidas de Vijilia a las personas que estubieren en riesgo inmediatamente de padecerla.

    Ultimamente por lo que hace a medios de preservacion el Protomedicato ha a proponer uno que sobre de facil composicion y facilísimo uso, es mui recomendado por muchos sabios, y se ha publicacdo como específico para robarse a los contajios en el Diario Económico de Paris de dic. de 1754. Este es el celebre Vinagre llamado de los quatro Ladrones, cuia composicion y uso se ban a detellar.

    Se toma un puñado de Ruda, otro de Agenjo, otro de Salvia, otro de