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anclada en Valparaíso, y no perdiendo tiempo atravesó la cordillera para reembarcarse para su patria. Nos hemos detenido en estos detalles para dar á comprender en toda su amplitud al hombre que debía nacionalizarse entre nosotros y ser el hijo bendecido de estos apartados lares.

El 18 de Abril de 1814, llegó el Dr. Cox, á la capital, en tránsito para Londres.

Expliquemos ahora el porqué, para bien de esta república, decidió quedarse en Santiago.

En la víspera de partir para Valparaíso, listo su equipaje y la diligencia que debía conducirlo, se presentó al hotel el capitán de la Escuadra, Blanco Encalada, rogándole fuera á visitar un pariente gravemente enfermo, al marqués de Villa-Palma. Accediendo á esta petición se dirijió sin tardanza á examinar al paciente que yacía postrado largo tiempo por cálculos vesicales, reclamando su estado una inmediata intervención quirúrgica, la cual fué practidada en el acto por el Dr. Cox, procediendo á la operación de la talla perineal, por la cual recibió 300 pesos de honorarios.

A los pocos dias fué dado de alta el enfermo, volviendo el Dr. Cox á preparar su viaje para un dia determinado. Mas, he aquí que la noticia de la curación del marqués de Villa-Palma echada á vuelo y comentada como un acontecimiento extraordinario, había dado motivo para una romería de súplicas, con el fin de que el distinguido facultativo hiciese una segunda postergación de su partida.

Como también, la fragata Phoebe había demorado su salida del puerto, y por otra parte era poco humano el resistir á las exijencias reiteradas de tantos pobres pacientes que clamaban su auxilio, su amigo James Hillyer, capitán de la fragata inglesa, le aconsejó que se quedase en Santiago, lo cual aceptó gustosamente, don Nataniel, como ya lo llamaba la jente, para bien del pais y de los pobres enfermos, pues aquel gran corazón se había hecho para cumplir el precepto bíblico de amar al prójimo como á sí mismo. Nuevos triunfos de su ciencia y de su caridad fueron prodigando su fama y enlazándolo con los eslabones de la gratitud que lo ataron definitivamente en nuestra patria.

El Dr. Cox, fué el médico popular por excelencia, fué el tipo del vir bonus.

Se dedicó por completo á su sacerdocio, bendecido por el pueblo que le quería como á un padre. Al paso de don Nataniel, todos se descubrían con respeto cariñoso.

El Director O'Higgins, le tributó un homenaje público el 14 de Diciembre de 1819 extendiéndole la carta de ciudadanía