Página:JM Gorriti Panoramas de la vida 2.djvu/119

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BELZU 119 estado de la plaza, y de la insensata confianza que embargaba á Belzu en aquel momento decisivo. Eran estos, gefes y oficiales, desecho del ejército en épocas anteriores, recojidos por Melgarejo, y que aviniéndose mal con el triunfo de Belzu, penetraron pérfidamente con el objeto de provocar una reaccion en el ejército rendido, una vez que esta era ya superior en armas y número á los defensores de la plaza.

Melgarejo que un momento antes solo y abandonado queria darse un balazo, para escapar á la vez de la vergiienza y de la ira del pueblo, doblemente reanimado ahora, por la esperanza y por el alcohol, que en casos dados es para él un motor de corage, tuvo una idea; idea siniestra que irradió en su estrecho cerebro, como la luz que enciende la noche en la pupila del tigre.

Rondando en torno de la, plaza por calles desiertas, volvióse de repente á los pocos húsares que lo acompañaban y les ordenó seguirlo

Bajó la pendiente calle á espaldas de la Merced, costeando sus muros; torció á la derecha, y se presentó en la barricada que cerraba la calle de las Cajas.

Por desgracia, los soldados que la guardaban, arrastrados por el contagio de la funesta confianza de Belzu, habian abandonado su puesto, y mezclados con los rendidos llenaban en ese momento la plaza.

Tan desierta estaba la barricada que los húsares