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VENGANZA MORUNA

Sí, era muy guapa. Así se comprendía la locura de su pobre marido.

En vano se había opuesto al matrimonio la familia de Pepet. Casarse con una pobre, siendo él rico, resultaba un absurdo; y aún lo parecía más al saberse que la novia era hija de una bruja, y por tanto, heredera de todas sus malas artes.

Pero él firme que firme. La madre de Pepet murió del disgusto; según decían las vecinas, prefirió irse del mundo antes que ver en su casa á la hija de la Bruixa; y Teulaí, con ser un perdido que no respetaba gran cosa el honor de la familia, casi riñó con su hermano. No podía resignarse á tener por cuñada una buena moza que, según afirmaban en la taberna testigos presenciales (y allí la reunión era de lo más respetable), preparaba malas bebidas, ayudaba á sacar á su madre las mantecas á los niños vagabundos para confeccionar misteriosos ungüentos, y la untaba los sábados á media noche, antes de salir volando por la chimenea.

Pepet, que se reía de todo, acabó casándose con Marieta, y con esto fueron de